jueves, 14 de enero de 2010

Esto de las fiestas...

Buenas tardes!
Perdonar el retraso en escribir, pero son tantas cosas las que unos perros como nosotros tenemos que hacer, que nunca encontramos momento.
Y con esto de las fiestas, pues menos todavía. Es que veréis, hemos estado, aquí mi hermano Tuco y yo, muy ocupados en tareas propias de la navidad y del clima acompañante.
Todo empezó un 24 de diciembre, día en que mi humana cogió las vacaciones navideñas.
Esa mañana no se le ocurre otra cosa al enano que despertarnos aullando, si habéis leido bien. No se que escuchó en la calle, que le dijeron los perros vecinos que el va, se levanta y se pone a aullar como un lobezno, así, tal cual. Vaya despertar, grrr!! Y encima, la humana hembra, baja, le mira y empieza a darle mimos y a reirse, no hay quien la entienda....
También ese día comprendimos que eso de la Navidad era algo interesante porque la casa se iba llenando de objetos, papeles, carameeeeeloooossss..., y claro, no dábamos a basto a oler, lamer y probar todo.
Algo oíamos a nuestros humanos de que vaya dos trastos que estábamos hechos, pero como exactamente no sabemos que significa esa palabra, pues nos hicimos los "longuis".
Esperar, que tengo aquí una pata que me dice algo. Que quieres Tuco!

Ayyyy, déjame escribir, Daaanaaaa!! que yo también lo se hacer bien!
Luego sigues tú, vale?
Pues eso, que las fiestas molan mucho, y estar en casita más todavía, que calorcito... y he descubierto que encima del sofá del salón se está mucho mejor. Parece que al humano macho no le hace gracia, pero no lo entiendo. Llegas al salón y te encuentras un pedazo sofá, mullidito, estiradito, limpio y sin usarse. Pues ahí que me subí y llega él y me dice que tengo morro, que si no se cual es mi sitio, etc. Y yo, que he aprendido a decir "Mi no entender" y mirar con cara de póker (debo haberlo aprendido de uno de mis "tios", jiji) pues me hago otra vez el "longui". Ayy, que si pesaaadaaa, que ya te dejoooo...

Uff, que perro, mejor que siga escribiendo yo, que lo cuento más rapidito.
Bueno, pues la cosa no queda ahí, este perro no sabe que las cosas se hacen cuando no te ven, para tener más tranquilidad y tooooooodo el tiempo del mundo.
Porque mi hermanito, ahora se dedica a coger papeles, para leerlos, claro, aunque lo hace con los dientes, y parece que a los mandamás no les hace gracias, claro, como le pillan in-fraganti...
Yo en cambio, disfruté de la Nochevieja cual humano con sus uvas. Y es que mi querida humana nos dejó en casita ese día, para que estuviéramos tranquilitos, pero yo, que soy perra liiiiiista, sabía que esa noche cambiaba el año, o algo así y que había que celebrarlo.
Asi que más o menos a las 12 de la noche, hora más, hora menos (mi reloj biológico tiene su propio ritmo), pues decidí darme el atracón. Los magníiiificos caaraaameeeelooossss, ummm, aún babeo, que estaban tan colocaditos en la mesita del salón fueron mi manjar. De fresa, limón, piña... y hasta un piruletaa!!!
Y como soy perra buena, le di uno o dos, creo a mi hermano, le dejé jugar con las estrellitas de tela que había allí y no dejé ni una sola baba en el cestito. Bien educada que estoy!

Lo malo es que mis humanos no lo vieron bien, algo dijeron de los papeles, pelarlos o algo similar, que digo yo, que los caramelos no se pelan no¿¿??
En fin, que eso tan rico me acarreó algún problemilla intestinal, con visita al médico y todo (que exageraos, con lo bueno que me estuvo) y algo de "no comes en tres días" que luego se arregló pronto, menos mal.

Aunque lo mejor de toooooodo fue que vinieron a mi casa Tomás, Marga y Javi, debe ser para cuidarme entre todos, porque no se que día es el 1 de Enero. Tuco, tú lo sabes?

Siiiiiiii, claaaaaaro, el día que te dieron una colleja, jajjajjjaaaaaaaaaaaaaa!!!digo guau guau guauuuuuu!!!

Que graciosillo, esta me la pagas...

Bueno, que me duelen las patillas de esta miniteclas.
Un lametón dulce mío, y otro papeloso de mi hermano.
Guauuuuuu!!

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